CARTA ASTRAL Y CARTA NATAL
La expresión Carta Astral es un término amplio para referirse a cualquier gráfico que refleje la posición de los planetas en un determinado momento. Existen infinidad de posibilidades si nos referimos a una Carta Astral, por ejemplo Carta de de relaciones o sinastría (comparar dos o más cartas natales), Carta de Revolución Solar (tendencias a lo largo de un año en cada cumpleaños), Carta de tránsitos (conocer las energías disponibles en un periodo de tiempo determinado), etc. La más conocida es la Carta Natal, (marca la posición de los astros el día de nuestro nacimiento). Es decir, que toda Carta Natal es una Carta Astral, pero no toda Carta Astral es una Carta Natal.
Claro que esa afirmación corresponde al signo donde estaba el Sol el día de su nacimiento. Si digo que soy de Tauro, estoy diciendo que nací aproximadamente entre el 20 de abril y el 20 de mayo. Y si bien el Sol es nuestra esencia, tenemos 10 planetas, algunos asteroides y algunos puntos en nuestra Carta Natal que influyen en nosotros por lo que hablar del Sol, es apenas la punta del iceberg de lo que uno conoce sobre sí mismo. Comencemos a desglosar lo que significa Carta Astral.
¿PARA QUÉ SIRVE UNA CARTA ASTRAL?
De manera genérica hemos comentado para qué sirven las distintas cartas que existen, sin embargo, por considerarla la de mayor utilidad, vamos a detenernos en la Carta Natal que
como dijimos nos muestra la posición de los planetas en el lugar, hora y fecha exacta del nacimiento de una persona.
Nuestro enfoque es evolutivo, por lo tanto nuestro estudio de una carta parte siempre del aprendizaje del
Alma en esta encarnación. Es decir, que estudiamos las energías disponibles que nos enseña la Carta.
Así, partimos del estudio de los 4 elementos (Fuego, Aire, Tierra y Agua) y así sabremos qué elemento primordial vino a trabajar la persona y qué predomina, si la energía
femenina o la masculina.
Continuaremos por los Hemisferios: donde el Superior nos hablará del ámbito de lo público y que tan extrovertidos somos; el Inferior hablara de que tan reservados somos; el hemisferio Occidental nos habla de que tan enfocada en la voluntad personal y la autodeterminación está la persona ,y por último, el Oriental, nos habla de su relación con lo social, donde la propia individualidad va perdiendo fuerza.
Por último, estudiaremos los Cuadrantes, con los que obtendremos información sobre los intereses más importantes para la persona (centrado en sí mismo, el yo para mi; centrado en la familia y el clan, el yo para los otros, interesado en lo social y la colaboración el yo con los otros, y finalmente el interés por lo colectivo, los otros para mi.
Una vez hecho este primer análisis global, que de por si nos da mucha información sobre las experiencias y energías zodiacales que ha elegido el Alma al encarnar, haremos un estudio mucho más
profundo.
El análisis de la Carta Natal que se haga depende del interés particular de la persona. Podemos abordar distintas temáticas como el área de los recursos, de los afectos, de los conocimientos, o de las relaciones. También, podremos indagar algún conflicto recurrente para ver de dónde surge o alguna cuestión que en particular afecte a la persona. Pero en cualquier caso, el análisis se hará poniendo énfasis en el aprendizaje del alma de todas estas cuestiones mencionadas. Compararemos estas áreas o temas particulares, teniendo como referencia qué energías se traen de un pasado del alma y cuáles se han elegido incorporar e integrar para esta encarnación. Para eso, estudiaremos los puntos del pasado, los presentes y evolutivos. que permitirán entender desde qué polaridad se están viviendo las energías zodiacales de la Carta Natal.
EL ASCENDENTE, ESA ENERGÍA QUE ASOMA POR EL HORIZONTE
Existen tres puntos que se consideran más relevantes en el análisis de la Carta Astral: la Luna, el Sol y el Ascendente. En este artículo vamos a centrarnos en el Ascendente ya que, además de ser el punto de inicio, representa mayores dificultades para conocer su significado.
El Ascendente se encuentra siempre a la izquierda de la Carta Natal y, a partir de allí, en toda carta astral comienza la Casa I. Representa un punto en el Este por donde asoma el Sol.
Aproximadamente cada dos horas rotan las constelaciones de modo que, dependiendo de la hora de nacimiento, podremos tener el Ascendente en cualquiera de los 12 signos del zodiaco.
Desde la visión clásica (y, por cierto, determinista), el Ascendente es la personalidad o máscara con la que nos mostramos a los demás. Es decir, que
los demás nos ven con la características del signo donde esté ubicado.
Sin embargo, la astrología moderna no se queda sólo allí. El Ascendente se relaciona con algo que los demás ven en nosotros pero principalmente representa un punto evolutivo (junto al Sol y al Nodo Norte), es decir que muestra los aprendizajes que debe realizar nuestra alma en esta vida.; algo que venimos a incorporar, desarrollar y manifestar con conciencia. Para eso la vida nos va a poner en situaciones y experiencias que nos ayuden a reconocer e integrar esa energía en nosotros mismos. Una vez que esta energía está realmente trabajada e integrada, ya no son necesarias esas experiencias del afuera, porque podremos manifestarlas con total libertad y conciencia.
La principal contradicción del Ascendente se produce cuando los demás ven algo en mí que yo no registro ni vivo como propio, por lo que la vida me obligará a desarrollar eso que
debo asumir. Es desde ese punto de vista que muchos consideran al Ascendente como destino, ya que la vida me presentará escenarios, personas y situaciones que me obligarán a manifestar y
desarrollar la energía del Ascendente. De alguna manera, es el nexo entre mi mundo interior y el mundo exterior. Es el pase necesario entre todo aquello que deseo ser y expresar
(el Sol) y mi refugio emocional, con sus limitaciones y miedos (la Luna cuando no está trabajada). Es necesario asumir mi Ascendente, superar mis apegos lunares para recién
poder expresar mi Sol.
En general, todos entramos a esta encarnación con la vibración más baja del Ascendente. Es decir que vamos a estar polarizados hacia la parte más desequilibrada del signo. Por supuesto, esto
también depende del nivel evolutivo de ese alma: no es lo mismo una joven, que ya lleva varias reencarnaciones, a un alma vieja que ya ha hecho un largo recorrido por cada energía del
zodiaco.
Como dificultad adicional en la expresión del Ascendente, la energía de la Casa XII representa una energía que fue muy fuerte en el pasado del Alma, por lo que en general choca con la del
Ascendente. La Casa XII representa todo lo inconsciente de la persona, que está ahí pero no podemos ver ni reconocer.
Por ejemplo, quien tiene Ascendente en Tauro (que pide incorporar y manifestar la paciencia, calma, disfrutar del ritmo lento, del placer, de satisfacer los sentidos, de concretar y de
generar abundancia) seguramente, con la excepción de algunos casos, tendrá la energía de Aries en la cúspide de la Casa XII. Esto implica que, de manera inconsciente, necesita velocidad,
inmediatez, y, que al no conseguirla se frustre por su impaciencia. Entonces, desde el inconsciente (Casa XII) está dominado por Aries, con lo cual rechaza
justamente su Ascendente Tauro y no puede registrarlo como propio. Hasta que no trabaje de manera equilibrada esta energía, los tiempos que la vida le ponga serán para él muy lentos, así como las
personas que lo rodeen.
ACTIVANDO EL ASCENDENTE
Por otro lado es importante, para comprender cómo activar de manera sana el Ascendente, estudiar dónde está su regente y su relación con los demás planetas ya que eso nos hablará de cuán fluida o
no es la energía.
Uno de los Ascendentes más difíciles de entender y explicar es el de Piscis, ya que su energía se conecta con un plano no mental ni verbal. Es una energía abstracta que se siente y percibe pero
no se puede explicar de manera lógica ni racional.
Piscis en el Ascendente pide que se disuelva el yo, el ego individual, que se sea uno con el Todo. Son personas que sienten demasiado todo lo que sucede en su entorno, son extremadamente
receptivas a su medio ambiente por lo que, si este es armónico, la persona fluye con mucha más apertura. Si es hostil donde hay rabia, resentimiento, enojo, angustia, la persona puede cerrarse y
hasta sentirse aterrada. Por otro lado, este Ascendente les va a pedir que se conecten con lo invisible a los ojos. Cuanto más nieguen lo “irracional” la vida más experiencias le pondrá para que
acepten su conexión mística.
Todo esto será más o menos sencillo dependiendo de su regente Neptuno. Son absolutamente intuitivos, comprenden las energías mejor que nadie, pero si Neptuno está en un signo de
Tierra o tiene aspectos disarmónicos con planetas más “racionales” como Saturno, puede haber
mucha contradicción interna entre lo que perciben de los mundos sutiles y lo que la racionalidad les indica. Cuanto mayor es la resistencia, más se polarizan a Virgo, negando todo aquello que no
pueden explicar desde lo racional y la ciencia, aferrándose a vivir desde una realidad que anula toda la magia que hay en ellos. Sin embargo, y por ser este su Ascendente y una energía que su
alma eligió trabajar, la vida les traerá una y otra vez situaciones y personas hasta que finalmente acepten quienes son. Hasta que eso no suceda puede haber grandes períodos de confusión,
frustración y angustia porque muy adentro suyo saben que están negando parte de su Ser.
Además de estudiar el regente del Ascendente como mencionamos en el ejemplo de Neptuno y Piscis, existen otros factores (como tener planetas en conjunción al Ascendente) que
pueden modificar sustancialmente la manera en que la persona va a vivir esta energía. De allí, que extendernos en la escritura de manera aislada sobre el Ascendente en los doce signos del
zodiaco, sería inconducente para quien lee este artículo y desea conocerse a sí mismo.
Si bien la astrología no es tan complicada como en principio podría parecer, sólo existen dos caminos para indagar en los propios aprendizajes. Solicitar la interpretación a un astrólogo o
estudiar astrología. Si bien este último es un camino mucho más largo y que lleva años, también es el que más satisfacciones a la larga brinda ya que no dependemos de una mirada externa para
poder ser fieles a nuestra esencia.
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